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Baloncesto en silla de ruedas: ¿cómo se juega?

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El baloncesto en silla de ruedas es uno de los deportes adaptados con mayor trayectoria. También es uno de los más extendidos del mundo: se estima que en la actualidad existen ligas y competiciones de baloncesto en silla de ruedas en 75 países, lo que sirve para hacernos una idea de su grado de integración social y de su nivel de competitividad.   

¿Cuándo nace el baloncesto en silla de ruedas?

De forma oficial, para encontrar los orígenes del baloncesto en silla de ruedas tendremos que trasladarnos a los Estados Unidos del año 1946, cuando muchos de los jugadores profesionales de baloncesto de aquel país que habían sufrido lesiones en la II Guerra Mundial regresaron a casa y quisieron seguir practicando este deporte adaptándolo a sus nuevas necesidades.

Algún tiempo antes, en 1944, el neurólogo alemán Ludwig Guttmann ideó un programa de rehabilitación en el hospital de Stoke Mandeville de Aylesbury (Inglaterra), adaptando algunos deportes a la silla de ruedas para personas con lesiones medulares. Entre esos deportes podríamos encontrar el antecedente del baloncesto en silla de ruedas, que era conocido como silla de ruedas Netball.

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En 1948 la silla de ruedas Netball se introdujo en los primeros juegos paralímpicos organizados desde el Sotke Mandevill y en la década de los cincuenta el baloncesto en silla de ruedas comenzó a desarrollarse tal y como lo conocemos. 

Debido a su gran aceptación, en 1973 el Organismo Internacional de Juegos de Stoke Mandeville fundó la primera sub-sección dedicada exclusivamente a este deporte y dos décadas después la Federación Internacional de Baloncesto en Silla de Ruedas (IWBF) pasó a ser un organismo de carácter mundial.

Baloncesto en silla de ruedas: normas básicas

El baloncesto en silla de ruedas es uno de los deportes adaptados más fieles a su homólogo original. De hecho, las dimensiones de la cancha son las mismas que en el Baloncesto Olímpico, y son iguales la canasta y su altura, la ubicación de la línea de triple y el balón. La duración de los partidos también es idéntica: cuatro tiempos de diez minutos con dos minutos de descanso entre el primero y el segundo y el tercer y cuarto tiempo, y un descanso de un cuarto de hora a mitad del partido, es decir, entre el segundo y el tercer tiempo.

La adaptación del baloncesto en silla de ruedas se ha hecho teniendo en cuenta la particularidad de moverse en una silla.  Por ejemplo, si un jugador que tiene la pelota toca con alguna parte de su silla la línea lateral se considerará fuera, una norma que tiene una única excepción: en los tiros libres las ruedas pequeñas (nunca las grandes) pueden estar sobre la línea de tiro.

Otra adaptación afecta a los “pasos” y “dobles”  del baloncesto tradicional. En el baloncesto en silla de ruedas el jugador con la pelota no puede dar más de dos impulsos seguidos sin pasar o botar la pelota. Cometer el tercer impulso es sinónimo de falta y el jugador es sancionado por ella. Tampoco puede botar el balón por encima del reposabrazos.

La puntuación del baloncesto en silla de ruedas ésta condicionada por el grado de discapacidad de los deportistas y  se aplica una puntuación de 1 a 4,5 sobre cada uno de ellos en función de esta discapacidad. En la cancha, esta puntuación no puede superar nunca los 14,5 puntos. El objetivo de este sistema es que no haya un equipo más descompensado que otro por tener jugadores con mayor o menor movilidad.

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La silla en el baloncesto en silla de ruedas

En el baloncesto en silla de ruedas la silla es un muy importante ya que es considerada como una parte más del jugador. Dentro de las normas de este deporte se estipulan las medidas de las barras de protección horizontal en las partes frontal y lateral de la misma, la altura de los reposapiés para que no dañen el terreno de juego, los dispositivos anti-vuelco o la medida de los apoyabrazos, siempre fijados a la silla y que nunca pueden superar la línea de las piernas o tronco del jugado sentado en posición natural.

En la parte más técnica, las sillas del baloncesto en silla de ruedas están provistas de tres o cuatro ruedas (dos grandes en la parte posterior y una o dos en la parte delantera) con un aro apoya manos en cada rueda grande. Por supuesto, no están permitidos mecanismos extra”que faciliten la conducción, como frenos o cambios de marchas, y cómo máximo se pueden tener dos ruedas pequeñas (castors) unidas al marco o eje trasero. Si el jugador necesita utilizar un cojín las medidas de este acolchado también han de vigilarse: la altura máxima desde el suelo a la parte superior del cojín es de 63 cm o de 58 cm dependiendo de la clase de jugador.

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RGK, la silla de ruedas para baloncesto más exigente

Entre las sillas de ruedas de baloncesto más reconocidas entre deportistas y amantes de esta modalidad está la marca RGK. Lo más destacable de estas sillas de rueda de alta gama es su personalización, gracias a lo cual la silla de ruedas responde inmediatamente a cada uno de tus movimientos. 

Alternativas Quickie

Esta no es la única alternativa que puedes encontrar en el mercado. La silla de ruedas deportiva All Court es robusta y resistente y permite regular el ángulo del asiento y el centro de gravedad. El jugador puede alinear su peso sobre las ruedas de propulsión y optimizar sus ángulos de asiento. Los jugadores más exigentes pueden decantarse por la silla de ruedas All Court Ti, una silla rápida, ágil y resistente con armazón de titanio. ¿Con cuál te quedas tú?