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Las ventajas físicas y psicológicas del baile son múltiples: ayuda a mantenerse activo y a controlar el colesterol, es un “antídoto” natural contra la osteoporosis y el estrés, puede convertirse en un canalizador de energías y emociones, ayuda a fortalecer el corazón, y es una manera eficiente de ejercitar nuestra flexibilidad, fuerza y resistencia. Dicho de otra forma, bailar puede ayudarnos a mantenernos en forma y a mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra autoestima.
Estos beneficios podemos aplicarlos a cualquier persona que practique el baile, independientemente de su edad, su sexo o su condición física. Pero en este artículo queremos centrarnos especialmente en los beneficios de bailar en silla de ruedas y en los diferentes estilos de este deporte saludable, divertido e integrador.
¿Cuáles son los beneficios de bailar en silla de ruedas?
En general, todos los deportes son beneficiosos para las personas con discapacidad. En el caso del baile, nos referimos a una disciplina de expresión corporal y emocional con numerosas aplicaciones a nivel terapéutico para personas con discapacidad física, sensorial y problemas de aprendizaje. Algunos de los principales beneficios de bailar en silla de ruedas son:
Nos ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo
Ser conscientes de determinados movimientos y posturas hace que conozcamos mejor nuestra anatomía y los límites de nuestro cuerpo, y es básico para superar nuestras barreras físicas y ampliar nuestra movilidad. A nivel psicológico, ser conscientes de nuestra corporalidad también es muy positivo, sobre todo para aprender a aceptarnos y a expresar nuestras emociones.
Es una alternativa divertida para mantenerse sano y activo
El baile es también una actividad física, y como tal, su práctica es muy positiva para fortalecer nuestro corazón y ampliar nuestra capacidad pulmonar. De hecho, la American Heart Association recomienda el baile como ejercicio aeróbico para reducir los riesgos de enfermedades cardíacas.
Otro de los beneficios de bailar en silla de ruedas a nivel físico es que puede ser un “sustituto” del gimnasio para perder peso: una hora de baile puede quemar entre 200 y 400 calorías, una cifra similar a la de practicar ciclismo o running. Sin olvidar que, al igual que otros deportes aeróbicos, bailar en silla de ruedas puede ayudarnos a reducir el colesterol.
Mejora la higiene postural, la coordinación y la memoria
Las rutinas diarias y la falta de ejercicio hacen que, a menudo, adoptemos malas posturas en la silla de ruedas que derivan en dolencias más graves como dolores en espalda, brazos y cuello. Uno de los grandes beneficios de bailar en silla de ruedas es que podemos corregir estas malas posturas fácilmente, aliviando el estrés en las articulaciones y en la zona lumbar y fortaleciendo huesos y músculos.
Por otra parte, aprender una coreografía implica mejorar la coordinación, tanto si la hacemos de forma individual como en grupo. Y para finalizar, al aprender rutinas de baile (pasos, movimientos, interacciones con los compañeros, etc.), también mejoramos nuestra memoria y reforzamos nuestra habilidad para realizar varias tareas al mismo tiempo.
Aumenta la autoestima y reduce el estrés
Al igual que otras actividades creativas, el baile nos permite expresarnos y, a nivel físico, estimula la producción de endorfinas, que evitan el estrés, y contribuye a regular los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores claves para regular el estado de ánimo. Así, la danza puede ayudarnos a mantener una actitud más positiva, alegre y entusiasta para enfrentarnos a nuestro día a día.
Danza inclusiva: baile para facilitar la integración
Otro de los beneficios del baile en silla de ruedas en particular y de la danza en general es su capacidad para fomentar la integración. Como ya hemos comentado en algunos artículos de nuestro blog, la práctica de deportes en grupo fomenta la inclusión social, ya que se establecen y fortalecen las relaciones sociales.
Pero no solo eso: gracias a su capacidad de movimientos, la danza puede servir para comunicarnos con los demás, convirtiendo nuestro cuerpo en un vehículo para transmitir nuestra historia y nuestras vivencias. Este es precisamente el objetivo de la danza integrada, en la que personas con y sin discapacidad comparten baile. Esta actividad, que algunos centros desarrollan de forma específica, convierte la danza en un espacio de convivencia.
Aun así, no hay que olvidar que, aunque el baile en silla de ruedas se baile en grupo o en pareja, también se utiliza como terapia individual, ya que las técnicas y estilos se adaptan a la situación de cada persona.
El baile en silla de ruedas como deporte adaptado: modalidades
Además de los beneficios de bailar en silla de ruedas como actividad de ocio, para muchos, el baile llega a convertirse en una práctica deportiva y de competición. De hecho, desde el año 1998 el baile en silla de ruedas (conocido en todo el mundo como Wheelchair Dancing) está incluido en el Comité Paralímpico Internacional y en las Federación Mundial de Baile Deportivo (también en la Federación Española de Baile Deportivo).
Actualmente existen cuatro grandes modalidades de baile en silla de ruedas adaptado a nivel de competición:
- Dúo. Cuando ambos miembros de la pareja de baile utilizan silla de ruedas.
- Combinado o mixto. Cuando en uno de los miembros de la pareja utiliza silla de ruedas y el otro no.
- Formación (o grupos). Una de las peculiaridades del baile en silla de ruedas es que en esta modalidad grupal pueden participar bailarinas en silla de ruedas y sin ella. En total, participarán entre cuatro y ocho parejas.
- Individual. Categoría para un único bailarín en silla de ruedas.
Respecto a los estilos, los campeonatos de baile en silla de ruedas contemplan prácticamente los mismos que el baile sin adaptaciones, siendo los más relevantes:
- Estándar. Incluye estilos de baile “clásicos” como el vals, el vals vienés, el foxtrot lento, el tango o el quickstep.
- Bailes latinos. Dentro de estos estilos, encontraríamos la salsa, la rumba, el chachachá o el pasodoble.
- Estilo libre. En esta última modalidad de baile, la más “libre”, se englobarían estilos contemporáneos como el hip-hop, el folk o el streetdance, además de la danza contemporánea, el ballet y todos aquellos estilos no incluidos en la primera categoría, como por ejemplo la cumbia o la danza del vientre.
¿Te animas a bailar?
Los beneficios de bailar en silla de ruedas son muchos tanto a nivel físico, como psicomotriz, mental y social por tratarse de una actividad estimulante y muy expresiva. Así que, si te gusta bailar, no lo pienses: la danza puede aportarte salud y mucha satisfacción personal.
Además, esta actividad puede ser realizada por personas en silla de ruedas, pero también por personas con discapacidad sensorial (por ejemplo, problemas de visión y audición), personas con discapacidad psíquica y otros colectivos con problemas de movilidad o de aprendizaje.
En todos los casos, bailar aumenta su ritmo, su coordinación, su equilibrio y su flexibilidad, contribuyendo a aumentar su capacidad para relacionarse, expresarse e integrarse.
Si este artículo te ha llamado la atención, no lo dudes. Existen escuelas de baile donde podrás aprovechar los beneficios de bailar en silla de ruedas. El disfrute está asegurado.