Blog > Septiembre 2020 > Maternidad y discapacidad. Por qué deberías encontrar un momento al día para practicar la relajación

Maternidad y discapacidad. Por qué deberías encontrar un momento al día para practicar la relajación

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Dedicar tiempo a uno mismo/a es muy importante. Sin embargo, no siempre podemos hacerlo. Muchas veces, las obligaciones del día a día, tanto impuestas como autoimpuestas, hacen que nos olvidemos de una parte fundamental para nuestro bienestar, y que nos centremos solo en aquello que "debemos hacer", relegando a un segundo plano lo que realmente nos importa o "nos gustaría hacer".

Evidentemente, esta decisión suele tomarse pensando en la funcionalidad, en lo práctico. Pero, con el paso del tiempo, podemos sentir estrés o falta de libertad que acabará pasándonos factura a nivel físico, mental e incluso emocional.

Maternidad y discapacidad

Si encontrar tiempo para descansar, divertirnos o desconectar de la rutina siempre es importante, todavía lo es más cuando nos enfrentamos al gran reto de ser padres.

En el caso de las mujeres con discapacidad, las barreras se multiplican: por una parte, tienen la misma "presión" que el resto de las mujeres de su generación, educadas para desarrollar su carrera profesional sin renunciar a ser las madres perfectas; por otro lado, todavía hay muchos prejuicios e ideas preconcebidos al hablar sobre maternidad y discapacidad, la gran mayoría fruto de la discriminación interseccional.

De hecho, en nuestra sociedad perviven falsos mitos que deniegan a las mujeres con discapacidad la posibilidad de ser madres, pues socialmente algunos consideran que no podrán dar a sus hijos e hijas el cuidado que necesitan.

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Objetivamente, las futuras madres con discapacidad física necesitan las mismas ayudas que cualquier otra mujer que quiere ser madre (acceso a información que le permita conocer las posibilidades que existen de ejercer la maternidad, seguimiento médico para vigilar su estado de salud y el de su hijo, servicios de salud de calidad, trato digno, etc.), además de una serie de ayudas específicas como la posibilidad de contar con servicios de intérpretes de lengua de signos o información en Braille.

Cuidarse a uno mismo para cuidar mejor a los demás

Revisar los horarios y las tareas del día a día, aprender a delegar y saber decir que no son los tres consejos básicos para encontrar tiempo para nosotros mismos y mejorar nuestra calidad de vida.

En el caso de las mujeres con discapacidad física, además, es importante tener unas buenas condiciones a todos los niveles. ¿El motivo? Adoptar unos hábitos de vida saludables ayuda a mantener una condición física y emocional adecuada, lo que facilitará poder atender mejor, en este caso, a los niños.

Desde este punto de vista, es fundamental que dediques tiempo a buscar momentos de descanso y a realizar actividades que te permitan centrar la atención en algo diferente a la maternidad. Una de estas actividades es la relajación, tal y como te explicamos a continuación.

¿Qué beneficios tiene la relajación como terapia física?

Algunas de las ventajas de introducir ejercicios adaptados y técnicas de relajación en tu rutina diaria son:

  • Reduce tu frecuencia cardíaca, lo que se traduce en menor trabajo de tu corazón y en menor estrés.
  • Disminuye la presión arterial.
  • Aumenta el flujo de sangre en los músculos.
  • Reduce la ansiedad.
  • Reduce el dolor de cabeza o las náuseas.
  • Permite controlar y gestionar respuestas emocionales no saludables (ira, llanto, ansiedad, estrés, frustración, etc.).
  • Ayuda a adoptar pensamientos más positivos.
  • Mejora la concentración.

Encuentra tu momento: cómo, cuándo y dónde practicar técnicas de relajación en casa

Encontrar un momento del día para relajarte es importante. Pero no hay una hora más recomendada que otra, ya que depende mucho de tus circunstancias.

Aunque cada persona tiene sus preferencias, normalmente se aconseja hacer relajación por la mañana, al levantarse, ya que tenemos menos preocupaciones y estrés. Además, nuestra mente después de dormir está más receptiva para realizar posturas y concentrarnos.

En cualquier caso, es importante que, si tienes previsto realizar una tabla de ejercicios adaptados de relajación, te marques un horario fijo para que sea más fácil incorporarlo a tu rutina. Lo ideal es que dediques entre 20 y 60 minutos al día a estos ejercicios.

El primer paso es elegir un lugar cómodo, donde estés a gusto, con luz tenue con la que te sientas bien. Esto es fundamental para facilitar la concentración. La música también puede ayudarte a concentrarte.

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También es muy importante cuidar la postura. Puedes poner en marcha ejercicios adaptados de relajación tumbada y con la cabeza reposada en una almohada, o bien sentada, con los pies en el suelo y las manos apoyadas sobre las rodillas o sobre un reposabrazos de la silla de ruedas.

Es básico que utilices ropa cómoda y que prescindas de cualquier prenda o adorno que te pueda oprimir o incomodar.

A la hora de poner en práctica ejercicios de relajación, no debes tener prisa. Uno de los principales objetivos de estas técnicas es que aprendas a identificar tus propias sensaciones para que sepas si estás haciendo bien los ejercicios propuestos, así que tómate tu tiempo.

También es fundamental que conozcas las posibles formas de relajarte que tienes, y que pongas en práctica aquella con la que más cómoda te sientas.

5 ejercicios de relajación adaptados:

  • Aprender a respirar. Respirar es la base de cualquier técnica de relajación. Lo ideal es respirar de manera natural, es decir, por la nariz, para filtrar el aire que entra y expulsar las impurezas bloqueadas.
  • Relajación progresiva de Jacobson. El objetivo de esta técnica es poner en tensión los músculos, para relajarlos después progresivamente. Esta técnica requiere un mayor "entrenamiento", pues es esencial conocer los grupos musculares que quieres relajar.
  • Método Silva o relajaciones con visualización. Esta técnica consiste en buscar la relajación mediante la visualización de imágenes o sonidos relajantes que te ayuden a concentrarte.
  • Relajación autógena. La relajación autógena se basa en identificar las sensaciones que surgen en el cuerpo (el latido del corazón, el movimiento de los brazos, del diafragma, de los pies, etc.), a través de la sugestión, con el fin de inducir sensaciones y pensamientos agradables hasta conseguir una relajación profunda.
  • Mindfulness. El mindfulness puede entenderse como una técnica de relajación basada en la meditación o como un estado de conciencia. Básicamente, su objetivo es ayudarnos a ser conscientes de lo que sentimos en cada momento, tanto interna como externamente. Debes centrarte en un punto concreto (una imagen, un lugar, un sentimiento, un objeto, etc.) e identificar tus sensaciones hacia él.

Para practicar la relajación no necesitas una postura o lugar específico: únicamente debes buscar tiempo para estar en contacto contigo misma y dedicar unos minutos al día a tu bienestar mental.

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