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Según la OMS, en el año 2020 la lesión medular estará entre las 5 causas principales de discapacidad a nivel mundial. Independientemente de su origen, una lesión medular siempre supone un cambio en nuestras rutinas al que debemos intentar adaptarnos lo antes posible.
Mantener una buena alimentación es uno de ellos. Una dieta nutritiva y equilibrada te ayudará a mantener tu peso, a que tu cuerpo esté suficientemente fuerte para enfrentarte a tus actividades diarias y reducirá el riesgo de padecer ciertas afecciones.
A continuación, abordamos algunas cuestiones sobre por qué y cómo puedes modificar tu dieta tras una lesión medular.
¿Cuáles son los objetivos de cuidar más la dieta?
Fundamentalmente son dos:
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Controlar el peso. Aparte de los beneficios de mantenernos en nuestro peso para nuestra salud y para mejorar la movilidad, tras una lesión de médula tu cuerpo quemará menos calorías porque por lo general, el gasto energético que hagas será menor. La adaptación de la comida se debe hacer, tanto a nivel de cantidad como de calidad: es decir, deberás modificar o controlar tanto lo que comes como en la cantidad en que lo haces.
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Prevenir complicaciones para estar mejor física y anímicamente
Además de la dieta, tras una lesión medular también es aconsejable adoptar otros hábitos saludables como no fumar o reducir la ingesta de alcohol y de bebidas gaseosas.
Lesión y dieta: ¿qué complicaciones podemos evitar cambiando la alimentación?
Tras una lesión medular, el paciente pierde total o parcialmente su actividad nerviosa por debajo del nivel de la lesión medular. Es común que la persona lesionada no tenga sensibilidad ni pueda mover los músculos en la zona. De hecho, tras una lesión de este tipo, se pierde el control de los músculos y se vuelven hipotónicos (flácidos) o hipertónicos (tensos y/o rígidos), y también es normal perder el control de los esfínteres.
El proceso de recuperación no es fácil, y su duración en el tiempo varía en función del tipo de lesión. En esta recuperación entran en juego muchos factores, desde el entorno familiar hasta los medios económicos, pasando por la personalidad y capacidad de adaptación y superación personal.
Sin embargo, e independientemente de todo lo anterior, una lesión medular siempre va asociada a una serie de complicaciones fisiológicas, como problemas urinarios o intestinales. También es necesaria una reeducación postural para evitar la atrofia muscular, y para ello es importante mantenerse en un peso adecuado facilitando la recuperación de movimiento.
Estas complicaciones pueden reducirse si controlamos lo que comemos. De ahí la relación de lesión y dieta, que entenderás de forma más práctica con los siguientes ejemplos.
En muchos casos de lesión medular se produce una parálisis vesical inmediata, es decir, que la persona lesionada no tiene sensación de que su vejiga esté llena ni deseos de orinar, por lo que tiene que sondarse.
¿Cómo se relacionan en este caso lesión medular y dieta? Cuando hay sondajes, lo más importante es tener una buena higiene e ingerir suficiente cantidad de líquido (especialmente agua).
Para evitar la aparición de infecciones como el E.coli, los expertos recomiendan comer frutos rojos, como por ejemplo los arándanos, con muchas propiedades antioxidantes. Aunque este consejo es preventivo, está comprobado que los mecanismos de acción de estos frutos impiden que las bacterias se adhieran a la pared de la vejiga disminuyendo el riesgo de infección.
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Complicaciones intestinales
Tras una lesión medular es habitual que el lesionado no pueda controlar las funciones del movimiento intestinal, y es frecuente la aparición de problemas como estreñimiento, hemorroides, colea titis y pancreatitis.
Especialmente al principio, es importante seguir una pauta para ir al baño, cada 48-72h, con horarios fijos. Si la persona lo requiere y según el caso concreto, habrá que utilizar laxantes para conseguir movimiento intestinal.
Pasado el tiempo, una dieta saludable, rica en fibra y en agua, puede prevenir el estreñimiento y evitar las complicaciones asociadas a él.
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Aparición de escaras en la piel
Las llamadas escaras o úlceras de presión son muy comunes en personas con lesión medular. ¿Puede la dieta evitar su aparición? A grandes rasgos, la respuesta es que no, pero sí ayuda el hecho de mantenerse en el peso adecuado.
Además, los alimentos ricos en proteínas y una buena hidratación ayudan a mantener la piel más tersa y saludable, disminuyendo la aparición de estas molestas y complicadas úlceras.
Ideas y consejos para una dieta saludable tras una lesión medular
Básicamente, tras una lesión medular la dieta debe ser completa, variada y equilibrada, comiendo de todo y realizando las cinco comidas diarias.
Son especialmente importantes las proteínas, las vitaminas A y C (muy beneficiosas para la piel y para fortalecer el sistema inmunológico) y los alimentos ricos en vitamina B, que ejercen influencia en el sistema nervioso. Entre ellos encontraríamos huevos, leche y productos lácteos, moluscos, carne de vacuno, frutas como el aguacate o las fresas, zanahorias y cereales.
Las vitaminas del grupo D también son importantes por la función que ejercen sobre los huesos. El calcio también es importante para evitar la osteoporosis y posibles fracturas óseas.
Como resumen, los consejos generales para mantener una dieta sana tras una lesión medular son:
- Come una variedad importante de alimentos.
- Intenta reducir alimentos o comidas con alto contenido en grasas y azúcar.
- Aumenta la ingesta de alimentos ricos en fibra.
- Bebe suficiente líquido, evitando el alcohol y las bebidas gaseosas.
- Evita la sal.
Después de una lesión medular, es importante que cuides tu alimentación, tanto para mantener tu peso, como para mejorar el funcionamiento de ciertos órganos especialmente sensibles (como la vejiga y los intestinos). Consulta con tu médico para poder encontrar cualquier otra solución que pueda ayudarte a mejorar tus condiciones y estilo de vida.