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Piscinas accesibles: practica natación todo el año

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La natación es muy beneficiosa para las personas con discapacidad, ya que dedicando únicamente tres horas semanales a este deporte aeróbico podemos prevenir y evitar problemas como la obesidad, la hipertensión o el colesterol, aumentar el tono muscular, la densidad ósea, la capacidad pulmonar y la coordinación, o mejorar nuestro autoestima y nuestro estado de ánimo.

Beneficios y objetivos de la natación adaptada

Conocer y dominar el medio acuático, mejorar la higiene postural, aumentar la motricidad, y fortalecer el desarrollo físico, afectivo y psíquico son algunos de los beneficios de la natación adaptada.

Esta actividad debe realizarse en instalaciones que cumplan unas condiciones de seguridad y que permitan a los usuarios disfrutar del ejercicio durante horas sin poner en tensión músculos y articulaciones y en igualdad de condiciones que las personas sin discapacidad.

Y es que, básicamente todas las personas con discapacidad visual, auditiva o intelectual pueden realizar natación sin apenas adaptación o con material de apoyo básico como manguitos o cinturones de seguridad.

Además, existen piscinas cubiertas donde podemos practicar natación durante todo el año con lo siguientes planteamientos:

  • Utilitario. Para aprender a nadar y ganar autonomía en el agua.
  • Educativo. Para complementar la formación integral de los alumnos.
  • Recreativo. Convirtiendo la piscina en espacio de ocio, socialización e integración.
  • Terapéutico. Gracias a ejercicios para mejorar el estado físico y la educación postural y mejorar la funcionalidad del organismo.
  • Competitivo. Para formar y entrenar a deportistas de competición.

Sin embargo, aunque muchos polideportivos o piscinas públicas tienen descuentos para personas con discapacidad, no todas disponen de piscinas accesibles. ¿Qué criterios deben cumplir estas instalaciones? ¿Cómo deben ser las piscinas cubiertas para ser realmente accesibles?

Deporte adaptado en silla de ruedas

Piscinas cubiertas y accesibilidad: normativa y cuestiones generales

A grandes rasgos, las piscinas accesibles son piscinas adaptadas para ser utilizadas por cualquier persona sin barreras o limitaciones. Para ello deben disponer de un entorno accesible (párking, taquillas, aseos, vestuarios, etc.) además de suelos antideslizantes, sistemas de encaminamiento que indiquen el acceso hacia las escaleras o rampas y elevadores para entrar al agua. Todas estas adaptaciones tienen como objetivo garantizar el acceso y seguridad de todas las personas mientras practican natación o cualquier otro deporte acuático adaptado.

La normativa respecto a la accesibilidad en piscinas cubiertas accesibles, tanto públicas como privadas, están recogidas en las siguientes normativas:

Características de las piscinas cubiertas accesibles

Todas las piscinas cubiertas deben cumplir unas condiciones para facilitar el acceso a las personas con discapacidad, entre ellas:

Acceso al recinto

Todas las instalaciones relacionadas con la piscina cubierta (aseos, lavabos, vestuarios, taquillas, cafetería, etc.) así como las entradas y salidas deben ser accesibles para personas con movilidad reducida. En la entrada no puede haber escalones y, si los hay, debe indicarse una alternativa (normalmente, un rampa horizontal con una pendiente igual o inferior al 2%).

Además, todas las puertas del recinto deben tener la anchura suficiente para garantizar el acceso a personas en silla de ruedas, y cualquier interruptor, timbre o teléfono situado en las instalaciones deberá estar a una altura de entre 80 y 120 centímetros del suelo.

Características interiores

Para garantizar al máximo su accesibilidad, los suelos de las piscinas cubiertas deben estas revestidos con material antideslizante. Los bordes de la piscina, siempre redondeados, estarán diferenciados en color y en textura para que, al pasar sobre ellos, se pueda percibir un cambio de rasante. Esta banda diferenciadora tendrá 50 centímetros de ancho.

También se recomienda instalar sistemas de encaminamiento y acanaladuras que indiquen los accesos al agua (escaleras, rampas, etc.). Elementos como los lavapiés están prohibidos en el perímetro de la piscina y, en caso de existir algún tipo de rejilla perimetral, su ancho no será mayor de 6 milímetros.

Asimismo, la recomendación es que alrededor de las piscinas cubiertas accesibles haya una anchura mínima de 180 centímetros completamente libres de obstáculos.

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Escaleras de acceso

Con el objetivo de facilitar el acceso de las personas con discapacidad visual, las escaleras y barandillas de las piscinas cubiertas estarán marcadas con un color muy contrastado y recubiertas con material antideslizante. Además, los pasamanos y barandillas serán "rugosos" para evitar que la mano resbale.

Rampas de acceso al vaso

En las piscinas cubiertas se recomienda un acceso común para todos los usuarios, con una rampa de pendiente suave al nivel del pavimento y dotada con pasamanos a ambos lados firmemente anclados. El ancho de esta rampa estará entre 82 y 95 centímetros, mientras que la pendiente no será mayor del 8%.

Al final de la misma, en la zona plana, debe haber una distancia mínima de 150 centímetros que permita girar con la silla de ruedas. En esta zona de maniobra, la profundidad no superará los 75 centímetros. Si la piscina tiene más de 50 metros, deberá tener varios accesos adaptados.

Grúas y elevadores

Las piscinas cubiertas accesibles deben estar equipadas con algunos de esos elementos imprescindibles para facilitar la entrada y salida del agua de las personas con discapacidad física. Tanto las grúas hidráulicas y eléctricas como los elevadores deben situarse en zonas de la piscina donde la profundidad no supere los 120 centímetros.

Muros y gradas de transferencia

Este sistema funciona con un muro, situado a la altura de la silla de ruedas (a unos 45 centímetros de altura). El usuario deja su silla de ruedas en paralelo y pasa a un muro apoyándose en unas barras o asideros perpendiculares a la piscina y anclados. Las gradas de transferencia consisten en una plataforma y una serie de escalones. El usuario pasa de la silla de ruedas a la plataforma y luego se introduce en el agua.

 

Para acabar, hay que destacar que, aunque la entrada de animales está prohibida en las piscinas cubiertas, se hace una excepción con las personas que utilizan perros guía. Así que, si este es tu caso, tu perro podrá acompañarte a tus sesiones de natación adaptada.

De igual forma, las piscinas accesibles también cuentan con personal formado para atender a personas con discapacidad física y mental y con fuerza suficiente para ayudar a los usuarios en silla de ruedas a entrar o salir de la piscina o a utilizar elementos como grúas y muros de transferencia.

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