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Algunas tareas cotidianas y de higiene diaria como ir al baño, ducharse o asearse pueden ser complicadas para las personas con discapacidad física o con movilidad reducida. Por eso, en el mercado existen diferentes modelos de sillas de baño y ducha que facilitan la vida tanto de estas personas como la de sus cuidadores y familiares.
¿Por qué es útil una silla de baño?
Las llamadas “sillas de ducha” o “sillas de baño” están fabricadas principalmente de metal y plástico y sirven de apoyo a quiénes no pueden ducharse de pie o sin asistencia. Diseñadas con esta finalidad, su uso se ha extendido, no sólo en el colectivo de personas con discapacidad, sino también en personas mayores o personas con problemas de movilidad puntuales, ya que contribuyen a que el aseo sea más práctico y seguro.
Todo ello hace que utilizarlas sea altamente ventajoso. Entre los beneficios de este tipo de sillas destacamos:
- Mayor confort para los usuarios.
- Seguridad y estabilidad en la ducha y el aseo diario.
- Mayor capacidad de independencia.
- Adaptabilidad a las diferentes necesidades de los usuarios.
Tipos de sillas de baño para personas con discapacidad o movilidad reducida
Por norma general, las sillas de baño se adaptan a las necesidades de cada usuario, ya que encontramos diferentes modelos en el mercado. Fabricadas en plástico y metal, tienen un diseño moderno y ergonómico y ajustes en patas, respaldos y apoyabrazos. Generalmente incorporan tapones de goma antideslizantes en las patas para evitar resbalones.
A continuación hablamos de algunos tipos de sillas de baño y ducha:
Sillas de ducha sin respaldo
Se trata de asientos tipo taburete o banquetas sin respaldo ni apoyabrazos. Generalmente estas sillas se fabrican con plástico denso, lo que facilita su limpieza y ligereza, e incorporan orificios para la salida del agua que hacen que el aseo diario sea muy práctico. Algunas tienen asiento giratorio, lo que facilita la ducha con ayuda de un asistente.
Sillas de ducha con respaldo
Este tipo de sillas son perfectas para quienes buscan un poco más de intimidad, independencia y comodidad en su aseo diario porque su respaldo permite apoyar la espalda y eso es sinónimo de mayor estabilidad para el usuario. Al igual que las sillas de baño sin respaldo, éstas se fabrican con plástico denso y mantienen orificios de salida del agua en su superficie.
Sillas de ducha con respaldo y apoyabrazos
Posiblemente son las más completas aunque no todas las personas se adaptan a su uso, ya que a veces, el apoyabrazos puede dificultar el aseo. Muchas de estas sillas poseen forros ergonómicos de goma en los apoyabrazos retirables y lavables para garantizar la higiene.
Sillas y bancos abatibles
La principal ventaja de estas sillas de ducha es que están integradas dentro de la propia estructura del baño y que ocupan poco espacio porque pueden plegarse. Existen sillas abatibles con y sin patas y, antes de su instalación, conviene tener muy en cuenta tanto el lugar donde fijarlas como la estabilidad de las mismas, ya que, a pesar de estar fabricadas en PVC y ser bastante resistentes, tienen límite de peso.
Asientos giratorios
Los asientos giratorios ofrecen una solución rápida y económica que permite a las personas con discapacidad poder acceder a la bañera sin problemas. Generalmente, estas sillas tienen debajo del asiento una palanca que permite el cambio de posición a cada 45º o 90º. Lo que facilita la transferencia desde la propia silla de ruedas al asiento, y posteriormente a la bañera. Algunas también disponen de dispositivo de bloqueo para garantizar la seguridad durante su uso.
Sillas “multiusos”
Por último, en el mercado también encontramos sillas de baño con ruedas para personas con discapacidad, e incluso autopropulsables. Este tipo de sillas son multiusos y puede utilizarse como silla de baño, silla de aseo y en algunos casos, dependiendo del modelo, como silla de interior. Entre otras ventajas, sus ruedas y horquillas están fabricadas en plástico para evitar corrosiones.
¿Qué tengo que tener en cuenta antes de elegir una silla para el baño?
Para seleccionar la silla de baño más adecuada debes tener en cuenta siempre quién la va a utilizar y dónde. Así podrás elegir el modelo que mejor se adapte a cada persona y al espacio concreto.
Algunas cosas a tener en cuenta son:
- Las necesidades específicas del usuario. Tipo de discapacidad, nivel de independencia, capacidad de movimiento, etc.
- El espacio. Dependiendo de si el baño tiene ducha o bañera podremos elegir diferentes tipos de sillas y asientos de aseo.
- La movilidad. Es decir, si queremos que sea un complemento fijo o móvil. Algunas sillas de ducha para personas con discapacidad como las sillas y bancos abatibles, requieren una fijación a la pared.
- El presupuesto con el que contemos.
En todo caso, las sillas de ducha y de baño son una buena inversión porque mejoran notablemente la calidad de vida los usuarios. Conocer y valorar los diferentes tipos y opciones, puede ayudarnos a disfrutar de un baño seguro y confortable.