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La transición de una silla de PCI (tipo silla de paseo) a una silla de ruedas infantil autopropulsable es un hito crucial en el camino hacia la independencia de un niño. Como terapeutas, desempeñamos un papel esencial al facilitar este cambio, asegurándonos de que los niños no solo se adapten a la silla de ruedas, sino que también prosperen al utilizarla. El desarrollo temprano de habilidades en la silla de ruedas es clave, ya que establece las bases para la movilidad, la autonomía y la confianza. Trabajando esas habilidades en el momento adecuado para el niño, podemos garantizar que esta transición sea más fluida y efectiva para nuestros jóvenes pacientes.
Habilidades en silla de ruedas: ¿por qué son esenciales para los niños?
Desarrollo físico
Aprender a manejar una silla de ruedas fomenta la fuerza física, la coordinación y la resistencia del niño. Fomenta el uso de músculos que son vitales para empujar y maniobrar la silla de ruedas, contribuyendo a la salud física general y al buen estado físico.
Independencia y confianza
El dominio precoz de la silla de ruedas ayuda a los niños a sentir que controlan mejor su entorno. Fomenta su sentido de la independencia y les permite desenvolverse en su entorno con confianza, reduciendo la dependencia de los cuidadores.
Habilidades cognitivas y motoras
El entrenamiento en silla de ruedas ayuda a desarrollar las capacidades cognitivas y motoras. Los niños aprenden conciencia espacial, resolución de problemas y coordinación mano-ojo, que son esenciales para las actividades cotidianas.
Integración social
El dominio de la silla de ruedas permite a los niños participar más plenamente en actividades sociales, jugar con sus compañeros y participar en entornos escolares. Esto puede mejorar sus habilidades sociales, su autoestima y su calidad de vida en general.
Consejos para aprender a utilizar la silla de ruedas
Para preparar eficazmente a los niños para utilizar una silla de ruedas autopropulsable, los terapeutas pueden incorporar ejercicios específicos que mejoren la coordinación bilateral, la fuerza y el control. He aquí algunos consejos prácticos y ejercicios a tener en cuenta:
Ejercicios de coordinación bilateral simétrica
Estos ejercicios consisten en utilizar las dos manos simultáneamente para realizar la misma acción. Son fundamentales para desarrollar la fuerza y la coordinación necesarias para empujar una silla de ruedas hacia delante o hacia atrás.
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Tamborilear. Utiliza tambores o incluso la superficie de una mesa para estimular el tamborileo rítmico con ambas manos. Empieza con ritmos sencillos y aumenta gradualmente la complejidad a medida que el niño aprende a copiar y seguir.
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Juegos de palmas. Organiza juegos de palmas que requieran al niño dar palmadas en respuesta a un ritmo. Puede ser divertido y eficaz para fomentar la coordinación.
- Empujar un rodillo. Haz que el niño practique empujando un rodillo o un objeto similar hacia delante y hacia atrás con las dos manos. Esto imita el movimiento hacia delante y hacia atrás necesario para propulsar una silla de ruedas, desarrollando la fuerza y la memoria muscular necesarias.
Habilidades de coordinación bilateral asimétrica
Estas actividades requieren que ambas manos trabajen en la misma tarea, pero se muevan en direcciones diferentes, lo que es fundamental para maniobrar y dirigir la silla de ruedas.
- Bailes y marchas. Fomenta las actividades de baile o marcha que impliquen movimientos de brazos. Por ejemplo, levantar un brazo mientras se baja el otro o balancear los brazos en direcciones opuestas. Esto ayuda a los niños a aprender a controlar los movimientos de forma independiente y simultánea.
- Jugar con volantes. Utiliza un volante de juguete para practicar los movimientos de giro. Aunque se trata de una acción ligeramente diferente, puede ayudar a desarrollar movimientos útiles de la muñeca y el brazo.
Desarrollo de habilidades complejas
Como madre y especialista clínica, sé que utilizar bandas de resistencia o pesas para aumentar la complejidad puede no resultar interesante para los niños, así que mantén su compromiso con alguna canción o juego que cautive su atención y recurre a familiares o amigos para que te ayuden a motivarlos.
- Resistencia progresiva. Empieza con ejercicios más sencillos que se centren en la coordinación básica e introduce gradualmente tareas más complejas que requieran una mayor resistencia
- Carreras de obstáculos. Diseña circuitos que permitan a los niños practicar cómo maniobrar alrededor de diferentes obstáculos. Comienza utilizando correpasillos o de empuje que les ayuden a desarrollar coordinación y confianza. Más adelante, introduce la silla de ruedas para simular situaciones del mundo real.
- Práctica constante. Ayuda a los padres a incorporar sesiones de práctica breves y regulares a sus rutinas diarias, en lugar de emplear su energía en sesiones más largas y poco frecuentes.
- Mantener una actitud positiva. Cuando las actividades suponen un reto, puede resultar frustrante para el niño, por lo que es importante terminar con éxito. Esto puede hacerse volviendo a una actividad preferida o a una actividad anterior que haya tenido éxito.
Conclusión
El desarrollo de habilidades pediátricas en silla de ruedas es un paso vital para garantizar la independencia, la confianza y el bienestar general de los niños.
Al dar prioridad a estas técnicas en un enfoque terapéutico, no sólo mejorará sus capacidades físicas, sino que también dotará a los niños de la confianza y la independencia que necesitan para desenvolverse en su mundo por sí mismos.