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Los cerdos tienen una estructura cutánea muy similar a la nuestra.
A veces forman parte de investigaciones, como en un experimento de la Universidad de Tohoku en el que cerdos sin pelo y con la piel seca fueron los destinatarios de una serie de hidratantes medicinales1. Sus contribuciones no siempre terminan en una piel suave como la seda. De hecho, es fácil encontrar en Internet un debate entre tatuadores profesionales sobre las ventajas de las hojas de práctica sintéticas frente a las muestras dérmicas porcinas reales, que se completa con una guía para establecer una relación con el carnicero local.
Debido a esta sintonía con nuestra propia anatomía, los cerdos también han formado parte de investigaciones sobre los factores de riesgo de la piel humana.
En un estudio de la Universidad de Minnesota sobre el impacto de la temperatura, los cerdos recibieron 100 mmHG de presión mecánica en seis zonas de su cuerpo de tamaño idéntico2. La única variable era la temperatura de cada zona. A 25° C el estudio concluyó que no había daños significativos. A 45° C, la diferencia era dramática, descrita como "lesión profunda del tejido y del grosor cutáneo total".
Microclima de la piel
El aumento de la temperatura de la piel suele ir acompañado de un aumento de los niveles de humedad debido a la sudoración. Por lo tanto, estos dos factores suelen abordarse conjuntamente en el debate sobre los factores de riesgo de las úlceras por presión y es lo que conocemos como "microclima "3.
Es fácil de imaginar. Con temperaturas cálidas, unas horas de viaje por carretera pueden convertir los típicos vaqueros imperceptibles en una trampa de arrugas afiladas y húmedas lo suficientemente incómodas como para que nos sintamos aliviados al parar en la siguiente estación de servicios, aunque las bebidas frías cuesten el triple.
Esto ocurre porque el limitado flujo de aire es insuficiente para disipar el calor del cuerpo del conductor, que queda presionado contra un asiento de espuma aislante. Se reduce la oportunidad de que el sudor se evapore una vez que se forma, creando una mini-atmósfera de mayor temperatura y humedad. Esto contrasta con otras partes del cuerpo expuestas a la misma temperatura del aire ambiente, como los brazos, donde hay un enfriamiento más efectivo por el flujo de aire.
Personas con mayor riesgo
Las personas que utilizan silla de ruedas para desplazarse suelen tener que estar sentados durante largos periodos de tiempo a diario. Esto significa que quienes desempeñamos un papel clínico de apoyo a los usuarios de sillas de ruedas debemos ser conscientes de los posibles efectos negativos del microclima en sedestación.
Las condiciones subyacentes pueden crear por sí mismas factores de riesgo fisiológicos adicionales que reducen la capacidad de gestionar el microclima. Por ejemplo, los problemas de gestión de la continencia exacerban los niveles de humedad de la piel debido a la exposición a la orina. Las pesronas con lesiones en la médula espinal por encima del nivel T6 tienen una alteración en las vías neuronales hacia y desde el hipotálamo que ayudan a regular la temperatura corporal4.
Las personas que necesitan sistemas de asiento con grandes soportes y que tienen una capacidad reducida para transferirse a otras superficies de asiento pueden tener más dificultades con el flujo de aire que otros usuarios de sillas de ruedas. Esto puede incluir, especialmente, a usuarios de sistemas modulares, moldeados a medida y sistemas de basculación.
Por ejemplo: cuando empecé como terapeuta, posicioné a una persona en su primer asiento de espuma moldeada. A pesar de su compleja postura cifoescoliótica y su enfermedad neuromuscular congénita, antes de esto utilizaba una silla de ruedas básica plegable (o una cama) para sentarse. Una vez que recibió el asiento, pudo sentarse durante mucho más tiempo sin dolor, comer le resultaba más fácil y su familia estaba contenta con su capacidad de participación, que había mejorado mucho... hasta que llegó el verano.
El clima era desértico y eran una de las pocas familias sin aire acondicionado. No toleró en absoluto el nuevo asiento, prefiriendo su silla plegable, mecánicamente dudosa y casi sin apoyo, y ¿quién podría culparle? Lección aprendida.
¿Cuál podría haber sido la alternativa? En su caso, el microclima era un factor importante y habría sido peor algunos sacrificios en el soporte. Algunas opciones potenciales serían:
- Usar un molde sólo en la espalda y permitir un contorno menos agresivo
- Agujeros de ventilación en el molde
- Utilizar un material de molde alternativo
- Fundas microclimáticas 3D con agujeros de ventilación en la espuma
- Uso de un cojín modular como el JAY GS con inserciones y modificaciones en la base para acomodar la posición pélvica con más flujo de aire entre el respaldo y el cojín del asiento.
- Y lo más importante: una conversación honesta con la familia sobre los inconvenientes y los factores de riesgo del microclima inherentes a un sistema de asiento con más soporte, con la valoración de lo que se podría hacer en su rutina y entorno para lograr un asiento más confortable.
Presión y aumento de la temperatura de la piel
Un estudio sueco sugiere que el propio acto de sentarse se asocia a la elevación de la temperatura de la piel5. Los resultados mostraron un aumento medio de la temperatura de 2,7° C en comparación con el lado sin carga. Los autores trataron de controlar el experimento, por lo que esto no se debió al aislamiento del asiento, sino a la menor capacidad de los tejidos comprimidos para disipar el calor corporal.
La piel y los tejidos subyacentes también suelen tener mayores demandas metabólicas6 a temperaturas más elevadas. Es decir, a temperaturas elevadas, los tejidos tienen una mayor necesidad de flujo sanguíneo y, por tanto, pueden ser aún más vulnerables a la reducción de la circulación relacionada con la presión que los tejidos más fríos.
¿Y ahora qué?
La conclusión principal sería que el microclima es una consideración clave a la hora de proporcionar equipamiento a personas con necesidades complejas de asiento y movilidad. En los artículos del blog de Education in Motion del mes que viene hablaremos de las implicaciones de la evaluación y de cómo prescribir equipos teniendo en cuenta el microclima.