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La bipedestación (la habilidad de mantenernos de pie erguidos) tiene innumerables beneficios para el organismo: desde aumentar la densidad mineral ósea hasta mejorar la respiración y la digestión. Desde el alivio de la presión hasta el cambio de posición o el estiramiento, existen numerosas razones para estar de pie. Aunque conocemos los numerosos beneficios relacionados con el hecho de que los niños utilicen sistemáticamente un bipedestador como parte de sus rutinas diarias, es probable que los niños simplemente no conozcan o no se preocupen por estos beneficios, ¡por muy importantes que sean!
Este artículo pretende dar algunas pistas y consejos para que el tiempo de bipedestación sea, además, activo y divertido para los más pequeños.
Bipedestación activa frente a bipedestación pasiva
La bipedestación pasiva se refiere al uso de un bipedestador para mantenerse erguido y obtener beneficios para la estructura corporal, como el desarrollo de la articulación de la cadera. Esto puede hacer que el tiempo de bipedestación sea difícil de tolerar, restrictivo y algo aburrido. La bipedestación activa, al contrario, pone el foco en el niño convirtiendo el tiempo en bipedestación en un momento significativo y divertido, lo que puede ayudar en muchas áreas del desarrollo. En pocas palabras, bipedestación divertida = mejores resultados.
Configuración del bipedestador
Aprender a estar en posición erguido puede ser difícil. La gravedad actúa en contra de la cabeza y el tronco, dificultando el mantenimiento de una posición erguida, sobre todo para quienes tienen una fuerza o un control muscular reducidos. Algunos bipedestadores pueden inclinarse hacia atrás (supino) o hacia delante (prono) y pueden ajustarse fácilmente en función de las necesidades del niño. A modo general, los bipedestadores supino se adaptan a las necesidades más complejas, mientras que los bipedestadores en decúbito prono favorecen las transferencias en bipedestación y facilitan un control más activo de la cabeza y el tronco.
