Propiedades del cojín

La firmeza no describe la densidad o la durabilidad, sino el resorte (la capacidad de comprimir y rebotar) de la espuma.

La suavidad/firmeza de la espuma influirá en el posicionamiento y la presión.

El especialista clínico debe seleccionar espumas que sean duraderas, pero que proporcionen el nivel de rigidez o suavidad para lograr los objetivos de posicionamiento.

También debe tener en cuenta la reacción de la espuma al calor (incluido el calor del cuerpo) porque la espuma (por ejemplo, la espuma con memoria) puede ablandarse al sentarse sobre ella, reduciendo así la IFD.

Es importante tener en cuenta la densidad a la hora de seleccionar un cojín para que dure el número de años previsto. Independientemente del IFD de la espuma, es importante que se utilice una espuma de alta densidad, ya que la densidad, no la firmeza, influye en la durabilidad.

Los fabricantes que utilizan espumas de baja densidad pueden reducir el coste, pero en última instancia sacrifican la durabilidad.

Los cojines que utilizan espumas de baja densidad pueden comprimirse con el tiempo (tocar fondo). Se endurecen, pierden la forma y dejan de proporcionar el apoyo y la distribución de la presión adecuados.

Es importante disponer de un cojín que reduzca al máximo la fuerza de reacción.

Cuando la pelvis está sentada, las tuberosidades isquiáticas se sitúan en el punto máximo de compresión, lo que da lugar a una elevada fuerza de reacción que suele contribuir a la ruptura de los tejidos y a la formación de lesiones por presión.

La carga hidrostática distribuye uniformemente la presión para reducir la acumulación bajo las zonas sensibles de la pelvis, lo que ayuda a prevenir la formación de lesiones por presión.

Las fuerzas hidrostáticas que están en equilibrio dan la sensación de ingravidez o de flotar en una piscina.

Es importante proporcionar la cantidad correcta de líquido para permitir la reducción adecuada de las fuerzas hidrostáticas.

La tensión puede provocar un aumento de las fuerzas en el punto de mayor inmersión, normalmente la zona alrededor de las tuberosidades isquiáticas.

La espuma es un buen ejemplo de material de acolchado que produce tensión, mientras que los líquidos la reducen.

El uso de materiales como el elástico en 4 direcciones en las fundas reduce la tensión en los tejidos. Aunque la tensión es una preocupación común en los materiales de las fundas, también puede ser un problema con el propio material del cojín.

Sumergir la pelvis en un fluido de cojín (fluido JAY o aire) o en un molde aumenta significativamente el área de contacto y ayuda a reducir las áreas de presión máxima

El microclima de una zona mientras se está sentado en un cojín debe controlarse para evitar la acumulación de temperatura que conduce a la humedad, la maceración y la úlcera por presión.

Los médicos deben considerar la posibilidad de utilizar materiales microclimáticos que refresquen la zona y retrasen la acumulación de temperatura. Los materiales microclimáticos también reducirán la transpiración (humedad).

Aunque la descomposición de los tejidos se ha atribuido al exceso de calor y humedad, la piel demasiado seca también es más propensa a las úlceras por presión.

El material microclimático favorece el paso del aire, el calor y el vapor de agua del usuario; por lo tanto, deben considerarse materiales que promuevan un microclima estable en el cojín.

Los cojines que proporcionan amortiguación de las vibraciones para reducir la VMB son importantes para quienes experimentan dolor, fatiga y daños nerviosos.

Un material que reduzca las vibraciones debe ser capaz de funcionar en una amplia gama de temperaturas, sin dejar de absorber la energía de los golpes y las vibraciones.

La espuma visco es un ejemplo de un material que absorbe bien los golpes y las vibraciones.