Me amputaron los pies a los seis meses debido a un trastorno, por lo que no podía caminar, además, nací con una anomalía en el brazo izquierdo que hacía que fuera más corto y sólo tuviera dos dedos.
Me he enfrentado a muchas dificultades en la vida y descubrir el baloncesto en silla de ruedas fue algo genial para mí. Me ha abierto muchas puertas y me ha abierto los ojos al hecho de que hay obstáculos en la vida, pero te puedes adaptar a todo y no hay nada que no puedas hacer si tienes determinación y trabajas duro. Gran parte de mi capacidad para superar dificultades en la vida viene de mis padres, que me han dado muchas oportunidades y una fuerte actitud de resiliencia y el convencimiento de que puedo lograrlo todo.