Esclerosis múltiple: soluciones para disfrutar de una vida mejor

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune que afecta a las vainas de mielina. Las lesiones que ésta produce limitan la comunicación entre distintas partes del sistema nervioso y derivan en problemas físicos y cognitivos.

El sistema inmunológico causa inflamación que daña la mielina (sustancia encargada de recubrir las fibras nerviosas), las fibras nerviosas como tal, y las células que producen mielina. De esta manera, el sistema nervioso central queda dañado.

Descripción clínica de la esclerosis múltiple

Existen cuatro tipos de esclerosis múltiple:

• La esclerosis múltiple remitente-recurrente se registra en la mayoría de los casos. Se manifiesta por brotes en los que se observan nuevos síntomas o un empeoramiento de los síntomas ya existentes. Estos brotes vienen seguidos de períodos de remisión durante los cuales los síntomas disminuyen o llegan incluso a desaparecer.
• La esclerosis múltiple progresiva primaria es uno de los tipos menos frecuentes. Se caracteriza por una evolución progresiva de los síntomas, pero sin brotes. En ocasiones, se llegan a registrar mejoras en algunos pacientes.
• Los pacientes de esclerosis múltiple progresiva secundaria pueden ser pacientes con esclerosis múltiple remitente-recurrente que han desarrollado este otro tipo, por lo que corresponden a alrededor del 50% de los casos. En este caso, la enfermedad evoluciona al mismo tiempo que los brotes disminuyen gradualmente.
• La esclerosis múltiple progresiva recurrente se da también en un reducido número de pacientes. Esta es la variante más grave de la enfermedad, pues los pacientes padecen síntomas que empeoran progresivamente y la enfermedad progresa sin periodos de remisión.

La esclerosis se manifiesta mediante síntomas o signos neurológicos como problemas de visión, pérdida de sensibilidad, entumecimiento, debilidad muscular, espasmos musculares, dificultad para moverse, problemas de coordinación y equilibrio, trastornos intestinales, trastornos del habla o problemas de deglución. Las personas afectadas con esta enfermedad también presentan dificultades de concentración, cambios de humor o depresión.

Incidencia y prevalencia de la esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es la enfermedad autoinmune más común de las enfermedades del sistema nervioso central. En 2010 se contabilizaron aproximadamente 2,5 millones de pacientes en todo el mundo (30 casos por cada 100.000 personas), si bien se registraron diferencias importantes en función de las distintas regiones.

En África, por ejemplo, la tasa es de 0,5 casos por cada 100.000 personas, mientras que en Europa se registran 80 casos por cada 100.000 personas e incluso se superan los 200 casos por cada 100.000 personas en algunas zonas del norte de Europa.

En España, la esclerosis múltiple afecta a unas 47.000 personas, en su mayoría mujeres (70%). Esta enfermedad es hoy día la principal causa de discapacidad no traumática entre los jóvenes. Actualmente en España, la incidencia ha aumentado en un 50% respecto a los últimos 20 años.

Causas y factores de riesgo de la esclerosis múltiple

La causa exacta de la esclerosis múltiple es aún desconocida, si bien los científicos creen que se trata de una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunológico ataca la mielina como si fuera un cuerpo extraño del mismo modo que podría atacar a un virus o a una bacteria.

Los factores de riesgo incluyen:

• La edad: el diagnóstico suele darse en pacientes de entre 20 y 50 años.
• El sexo: la EM se desarrolla más a menudo en mujeres que en hombres.
• La etnia: es más común entre las personas que proceden del norte de Europa.
• Factores genéticos: se puede transmitir en los genes.

Las tasas de esclerosis múltiple son más altas en las personas que viven lejos del Ecuador, lo que indica que la exposición al sol puede disminuir el riesgo para su desarrollo.

Otros posibles factores relacionados con la EM y pendientes de ser confirmados por las distintas investigaciones incluyen:

• Exposición a una sustancia tóxica: puede tratarse de un metal pesado o de un disolvente.
• Infecciones: los virus, como el virus de Epstein-Barr, la mononucleosis y la varicela pueden ser también los desencadenantes de la enfermedad.
• Sal: en 2013, un estudio sugirió que un exceso de sal en las comidas podría desencadenar una reacción autoinmune.

Tratamiento de la esclerosis múltiple

No existe ningún tratamiento médico capaz de curar definitivamente la esclerosis múltiple. Los tratamientos consisten en tratar los síntomas y prevenir nuevos brotes.

Los medicamentos utilizados para tratar la EM, que no resultan demasiado efectivos, pueden producir efectos secundarios o no ser tolerados por los pacientes.

La fisioterapia puede ayudar a que las personas realicen sus tareas diarias y a que mejoren su movilidad.

Fisioterapia para la esclerosis múltiple

La fisioterapia consiste en reeducar a los pacientes para que mantengan su movilidad y capacidad para realizar las tareas diarias en el hogar o en el trabajo.

En general, los médicos usan la kinesioterapia, para que los pacientes conserven o recuperen la fuerza muscular. La ergoterapia sirve para adaptar el entorno del paciente a su discapacidad.

Cuando hay trastornos del lenguaje o problemas de deglución, también se puede acudir a un logopeda.

Ortopedia

Los principales síntomas de la esclerosis múltiple son los trastornos funcionales para caminar y los problemas de equilibrio. En el caso del primero, la ortopedia puede mejorar mucho el movimiento diario del paciente.

Hay otros pacientes que utilizan ortesis que ayudan a estabilizar alguna articulación.

También hay ortesis de última generación hechas a medida que cuentan con un microprocesador que se adapta en tiempo real a las situaciones cotidianas cuando el paciente realiza movimientos. Estas prótesis están completamente articuladas y son adecuadas para pacientes con parálisis total o parcial de las piernas.

Movilidad y accesorios de ayuda

La esclerosis múltiple tiene implicaciones importantes en la vida diaria de los pacientes. En algunos casos, es necesario disponer de algunos mecanismos para conservar cierta movilidad.

Si la pérdida del equilibrio o los problemas para caminar son demasiado severos, la silla de ruedas es la opción más adecuada. Puede ser eléctrica o manual y debe elegirse en función de las actividades del paciente. La silla puede complementarse con accesorios para mejorar la postura como reposacabezas, respaldos ergonómicos, cojines antiescaras o soportes torácicos.

El uso de un scooter eléctrico también resulta una buena opción, puesto que permite que los pacientes mantengan su independencia y sigan participando en aquellas actividades que más les gusten.

Para optimizar la posición del paciente, hay muchas ayudas posturales que ayudan a prevenir la formación de úlceras y que alivian la presión en las extremidades. El colchón de aire antiescaras, la almohada de espuma con memoria, las camas articuladas eléctricas o el cojín antiescaras son algunas de las soluciones que ayudan a combatir los síntomas de la esclerosis múltiple.

Para el día a día existen muchas soluciones al alcance del paciente: desde sillas de baño, banquetas de ducha, asideros de entrada a la bañera, barandillas…

La esclerosis múltiple es una enfermedad degenerativa que, en última instancia, puede llegar a limitar drásticamente la movilidad y las actividades diarias del paciente. A pesar de ello, es posible conservar gran parte de la autonomía si el paciente cuenta con los productos adecuados para desplazarse y moverse con más facilidad.

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