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Recientemente me invitaron a participar en la cita de seguimiento de un paciente llamado Errol que buscaba una nueva silla de ruedas eléctrica. El proceso de valoración fue bastante estándar - todas las partes involucradas querían asegurarse de que entendíamos las necesidades de Errol desde el punto de vista clínico y funcional, sus deseos personales y los objetivos de todos (incluyendo a Errol). El equipo completó una evaluación exhaustiva que incluía la revisión de su historial médico, la valoración de su estado médico actual y la realización de una evaluación de sedestación y posicionamiento, una evaluación de movilidad y pruebas de equipamiento. Todos los miembros de su equipo de tratamiento creían que una silla de ruedas eléctrica con bipedestación sería estupenda para Errol en cuanto a la reducción del dolor, el aumento de la funcionalidad y la protección de la piel, y el cambio adicional de posición.
Sin embargo, yo quería asegurarme de que esta función de bipedestación no afectara a otros aspectos de uso de la silla de ruedas que pudiera haber dado por sentados o que no hubiera tenido en cuenta.
Es fácil cuando miramos las sillas de ruedas eléctricas con función de bipedestación quedarnos sorprendido ante esa tecnología. Después de todo, las oportunidades que una posición en bipedestación independiente y móvil puede ofrecer a un usuario, desde el punto de vista funcional, clínico y socioemocional, pueden cambiar su vida. Pero también debemos tener en cuenta lo que nuestros clientes necesitan que haga la silla de ruedas eléctrica cuando no está de pie, y cómo cambian las necesidades posturales entre la posición de pie y la de sentado. De ahí mi participación en la cita de seguimiento de Errol.
Al acudir a la cita, tenía una lista de consideraciones que se centraban en ajustarse al patrón de movilidad y uso que Errol esperaba. La nueva silla de ruedas tenía que ser maniobrable y ágil tanto en interiores como en exteriores, con capacidad para maniobrar en espacios reducidos y en diversas superficies que encontraría en su casa y en los lugares por lo que acostumbra a moverse. Otro punto que se me ocurrió fue la capacidad de Errol para manejar y controlar todas las funciones del asiento eléctrico y asegurarse de que la silla de ruedas ofreciera un buen soporte postural y comodidad en todas las posiciones.
En el momento de la valoración, la silla de ruedas eléctrica de Errol era de tracción central y no informó de que tuviera problemas para maniobrar la silla en los entornos que frecuentaba. Dado que Errol estaba acostumbrado a conducir una silla con tracción central y expresó su satisfacción con ese estilo, fue importante para su equipo y para mí asegurar que su próxima silla de ruedas eléctrica también fuera de tracción central. Con esta información, el equipo fue capaz de reducir las opciones de las sillas de ruedas eléctricas y centrarse en la QUICKIE® Q700-UP M como la mejor opción.
La Q700-UP M resultó ser un poco más estrecha y más corta que la silla actual de Errol, lo que supuso una ventaja añadida en términos de maniobrabilidad. La Q700-UP M también tiene las mismas capacidades de suspensión que la Q700 M Sedeo Pro Advanced. La revolucionaria suspensión SpiderTrac® 2.0 permitiría a Errol gestionar fácilmente sus desplazamientos por la ciudad. Así que, sí, la Q700-UP M podría funcionar tan bien como su actual silla de ruedas eléctrica de tracción central.
Pero… ¿podría dar soporte a todos los objetivos posturales?
Es difícil proporcionar soporte postural tanto en sedestación como de pie, ya que nuestras dimensiones y control muscular pueden diferir mucho entre estas dos posiciones. Pero con algunos ajustes en la altura y la posición de los reposabrazos, los soportes adicionales para los muslos y soportes especiales para los brazos y los codos, Errol se sintió seguro en posición bipedestada y fue capaz de hacer la transición entre la posición de pie y la de sentado. Los ajustes realizados mediante la programación de la posición de memoria también mejoraron la postura final de Errol en bipedestación y la transición entre estas posiciones.
Sin embargo, el factor que más me convenció fue observar a Errol mientras disfrutaba del estiramiento y del alivio de las molestias que le ofrecía la posición de bipedestación. Errol sintió un alivio inmediato de las molestias en tronco y cuello. La alegría en su cara era evidente mientras se movía por su entorno con seguridad y confianza en una posición de pie completa.
Esta experiencia también apoya la convicción de que una valoración adecuada y la discusión de los objetivos ciertamente mejoran los resultados obtenidos.