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Autoestima y autoimagen en personas con discapacidad

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Aunque cada vez derribamos más barreras para convertirnos en una sociedad accesible e inclusiva, las personas con discapacidad siguen enfrentándose a muchos retos y desafíos en su día a día. Algunos están relacionados con la discriminación y el entorno, pero, otras veces, las dificultades derivan de la mala imagen que tienen de ellos mismos.

Esta situación puede influir negativamente en su bienestar emocional y llegar a condicionar su desarrollo personal.  Por eso, trabajar la autoestima con las personas con discapacidad es clave para ayudarles a respetarse y a quererse tal y como son.

La importancia de trabajar la autoestima

A lo largo de nuestra vida, y en función de nuestras experiencias, vamos desarrollando una imagen sobre nosotros mismos. Lo que conocemos como autoestima no es otra cosa que tener una actitud positiva en relación a uno mismo.

Pero, ¿por qué es tan importante tener autoestima?

Cuando nuestra autoimagen es positiva, vemos nuestro entorno como un espacio seguro con el que podemos interactuar. Además, somos más sociables y afrontamos nuestras metas y objetivos con mejor actitud y mayores recursos. Si, por el contrario, tenemos una imagen negativa o infravalorada de nosotros mismos, somos más inseguros y lo que nos rodea, incluso pequeñas acciones diarias, pueden volverse "peligrosas", condicionando todos los aspectos de nuestra vida.

En este sentido, todos y todas debemos trabajar nuestra autoestima. Pero, para las personas con discapacidad, este trabajo es doble, ya que, muchas veces, las diferentes circunstancias a las que se enfrentan (experiencias sociales negativas, prejuicios, falta de apoyo, problemas de comunicación y/o expresión) pueden provocar frustración, introversión y aislamiento.

Además, muchas personas con discapacidad adoptan y replican estas actitudes como patrones, lo que se traducen en conductas negativas.

En otros casos, las situaciones de dependencia evidencian una vulnerabilidad que puede llevar a una baja autoestima y, como consecuencia, a la aparición de actitudes autodestructivas. Algunas personas con cierto grado de dependencia incluso acaban creyendo que no pueden hacer nada y, por lo tanto, tampoco lo intentan. Esta inactividad, a su vez, les provoca un mayor aislamiento y soledad.

Por otra parte, los complejos (de inferioridad, de miedo...) suelen ser más habituales en las personas con discapacidad. Es cierto que los complejos no son situaciones objetivas, sino sentimientos. Sin embargo, muchas veces pueden hacernos sentir menos útiles y no nos dejan avanzar, menos aún en una sociedad con mucha rivalidad como la nuestra.

Consejos prácticos para desarrollar la autoestima en personas con discapacidad y/o dependientes

Fomentar las relaciones sociales positivas y la pertenencia a grupos más allá del propio entorno familiar e incitar a la toma de decisiones sobre su propia vida son dos acciones que ayudan a las personas con discapacidad a estar más seguras de sí mismas y a sentirse valoradas por los demás.

Otras claves para trabajar la autoestima y la autoimagen de las personas con discapacidad son:

  • Autoconocimiento. Conocernos tal y como somos, con nuestras virtudes y defectos, nos ayuda a trabajar nuestras fortalezas y a corregir nuestras debilidades. Algunas formas de conseguirlo puede ser a través de actividades culturales, haciendo deporte adaptado, etc.

  • Autoaceptación. Cuánto más nos conocemos, mejor nos aceptamos. El proceso no es sencillo, pero, si somos capaces de vernos y aceptarnos tal y como somos, aprenderemos a valorarnos y también a querernos.
  • Potenciar las virtudes. Una vez que nos conocemos y aceptamos, somos capaces de detectar más fácilmente nuestros puntos fuertes y centrarnos en ellos para sacarles el máximo provecho
  • Minimizar los puntos débiles. De la misma forma, identificar nuestros defectos nos ayuda a minimizarlos, corregirlos o encontrar alternativas ante problemas del día a día.

Actividades para trabajar la autoestima en personas con discapacidad

Celebrar sus éxitos y reconocer sus logros ante los demás, hablar con naturalidad sobre sus dificultades, respetar sus espacios de intimidad, animarle a tomar sus decisiones y a compartirlas. Permitir que se equivoque y aprenda de sus errores o proporcionar responsabilidades en la vida, en el trabajo y en el hogar en función de sus capacidades, son algunos gestos que pueden contribuir a mejorar la autoestima de una persona con discapacidad.

Por otra parte, muchas asociaciones organizan talleres y cursos para mejorar la autoimagen. En este tipo de talleres se organizan actividades para trabajar la autoestima en personas con discapacidad y se proponen ejercicios sobre pensamiento positivo.

También existen dinámicas de trabajo en grupo que pueden ayudarnos a mejorar nuestra autoestima.

Una de ellas consiste en acentuar lo positivo (a nivel físico, de personalidad o de capacidades), tanto de otras personas como de uno mismo. ¿Cómo? Cada participante escribe en un papel dos atributos físicos dos cualidades de personalidad y una capacidad o "pericia" que le agrada de mí mismo y de la persona que tiene enfrente. Después, este listado se lee en voz alta.

Otra de las actividades para trabajar la autoestima en personas con discapacidad consiste en aprender a definirse a sí mismo. Para ello, escribiremos en una pizarra diferentes adjetivos que pueden definir a una persona. Después, cada participante elige aquellos términos que encajen más consigo mismo/a y elabora una lista con ellos. La segunda parte de la actividad consiste en buscar los antónimos de estos adjetivos para hacer un segundo listado con el que los participantes, por lo tanto, no se ven identificados.

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