Breakdance y Hip Hop en silla de ruedas

El baile en silla de ruedas surgió como disciplina deportiva a finales de la década de los 60 y se convirtió en deporte paralímpico en los 90. En la actualidad, nadie pone en duda que se trata de una alternativa para divertirse y mantenerse activo que además aporta muchos beneficios para la salud, entre ellos la mejora de capacidades físicas como la coordinación, la movilidad y la flexibilidad.

A nivel emocional y social, el baile aumenta la inclusión social, la autoestima y la motivación, y potencia la creatividad y la expresividad. La posibilidad de integrar la música corporalmente a través del baile también es una forma de aprender a improvisar, algo que conseguimos gracias a estilos contemporáneos como el rap, el hip hop o el break dance.

Pero, ¿pueden las personas con discapacidad física practicar este tipo de bailes? ¿Cómo es posible adaptar los movimientos del break dance a sus limitaciones corporales?

¿Cuáles son los movimientos del break dance más conocidos?

El break dance es un estilo de baile que nació en la década de los 70 en barrios neoyorkinos como el Bronx o Brooklyn. A nivel de movimientos, combina acrobacias y pasos inspirados en las artes marciales, la gimnasia y el funk. El baile se realiza sobre una base rítmica (normalmente funk o hip hop) y se divide dos fases:

• Top rock. Es una rutina que incluye pasos verticales y en la que el breakdancer o b-boying mezcla coordinación, flexibilidad y estilo. En esta fase se realizan vueltas, movimientos freestyle y gestos de manos (burns). Estos pasos sirven como calentamiento para la segunda fase, llamada "downrock", más "agresiva" y exigente físicamente.

• Downrock. Los ejercicios downrock se realizan con las manos y pies en el suelo, y el breakdancer exhibe su habilidad, rapidez y control. Estos pasos suelen preceder a los "windmills" (molinos) y "suicides", en los que el bailarín simula perder el control y caer sobre su espalda o su vientre y que pueden hacerse con una sola mano. Los movimientos del breakdance terminan con un "freeze" o posición final fijada en el suelo.

El break dance, como estilo urbano, ha dado lugar a un tipo de "competiciones" de baile, llamadas "batallas”, en la que los breakdancers o b-boys realizan ambas fases, de manera improvisada, frente a un rival.

¿Es necesario adaptar los movimientos del breakdance para las personas con discapacidad?

Los movimientos del break dance tienen una ventaja para las personas en silla de ruedas o con movilidad reducida: puesto que las rutinas de este estilo ofrecen libertad de acción y son altamente improvisadas, es posible incorporar pasos adaptados a las capacidades de cada persona. En muchas ocasiones, los breakdancers con discapacidad incluso usan su silla de ruedas o su ayuda técnica (por ejemplo, unas muletas) como elemento de la coreografía o como apoyo para realizar acrobacias.

Actualmente el break dance se considera un deporte muy completo porque en su práctica se utiliza prácticamente todo el cuerpo. Por eso el Comité Organizador de los Juegos Olímpico ha propuesto su inclusión como disciplina olímpica junto al skateboard, el surf y la escalada en las Olimpiadas de París de 2024.

¿Será posible que veamos el break dance también en las competiciones paralímpicas? Seguro que a los protagonistas de las siguientes historias les parecería una gran noticia.

Hip Hop, discapacidad e historias de superación personal

El número de adeptos al break dance crece y eso hace que cada día conozcamos nuevas historias de superación de personas que, a pesar de sus dificultades de movilidad, no renuncian a sus sueños.

Un ejemplo es Juan Manuel Montilla, más conocido como “El Langui”, actor, escritor y rapero con discapacidad. El Langui sufre una lesión cerebral desde su nacimiento y comenzó a rimar con apenas 13 años. Esta afición musical precoz se convirtió en el embrión del grupo de Hip Hop del que sería líder años más tarde: "La Excepción". El Langui es el compositor del rap con letra reivindicativa "No hay límites", una de las canciones sobre la discapacidad que lanza un mensaje claro sobre la necesidad de derribar prejuicios, barreras y estereotipos.

Otra historia de superación personal relacionada con el break dance es la de Hamza Bakkach, un joven marroquí de 13 años que lleva desde los 9 bailando este estilo. Hamza participó en la edición española de Got Talent en 2018. Sobre el escenario bajó de su silla de ruedas, se colocó en el suelo y empezó a moverse dejando asombrados a espectadores y jurado.

A nivel internacional, destaca la historia de Luca "Lazylegz" (Piernasflojas) Patuelli, breakdancer que realiza sus rutinas apoyado en sus muletas de titanio.  Bailarín, coreógrafo y jurado en concursos televisivos, a lo largo de su vida Luca se ha sometido a más de veinte operaciones quirúrgicas a causa de la artrogriposis, una enfermedad múltiple congénita bajo que la que se engloban diversos cuadros caracterizados por contracturas articulares y limitaciones de movimiento. A pesar de su discapacidad, "Piernasflojas" Patuelli ha practicado múltiples deportes, entre ellos béisbol, esquí, natación, monopatín y, finalmente, breakdance. De hecho, Luca Patuelli es uno de los fundadores de la compañía de baile Ill-Abilities Crew, formada por ocho bailarines con discapacidad y que son todo un ejemplo de superación.

El baile, además de ayudarnos a mantenernos en forma, se considera un antídoto natural contra el estrés y una herramienta de socialización para personas de todas las edades. Las personas con discapacidad física pueden bailar cualquier estilo, no importa que sea el vals, el ballet, la rumba, el folk o el breakdance. Lo único que necesitan es proponérselo. ¿te animas a probarlo?

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