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El voleibol sentado es la variante del voleibol para atletas con discapacidad. Su adaptación se ciñe básicamente a la movilidad de los jugadores, cuya pelvis debe estar durante todo el juego en contacto con el suelo.
Las normas del voleibol para discapacitados son similares a las del voleibol convencional. Este vistoso deporte adaptado forma parte desde 1980 de los Juegos Paralímpicos en su categoría masculina mientras que en la femenina debutó en Atenas 2004. Sin duda es una de las competiciones más esperadas de los próximos juegos de Río de Janeiro.
Historia del voleibol sentado
El voleibol sentado (voleibol para discapacitados, voleibol adaptado o voleibol paralímpico) nació en Holanda en los años cincuenta como una mezcla entre el voleibol y un juego tradicional alemán llamado Sitzball que se juega sentado y sin red.
Pronto se hizo famoso en algunos países del norte de Europa y poco más de una década después ya se celebraban competiciones a nivel internacional. La primera de ellas fue en 1967. En ese mismo año se creó la Organización Mundial de Voleibol para Discapacitados (WOVD).
En España el voleibol sentado se practica desde el año 1991, cuando fue reconocido por la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad. Esto fue un impulso para que nuestro país tuviera participación en este deporte en los Paralímpicos de Barcelona del año siguiente, en donde éramos anfitriones. Desde entonces, y aunque no es uno de los deportes paralímpicos más famosos, el voleibol adaptado ha ido ganando adeptos.
Curiosidades y normas básicas del voleibol para discapacitados
Una de las curiosidades del voleibol sentado es que en algunos torneos nacionales y en exhibiciones se permite que jueguen, dentro del mismo equipo, personas discapacitadas y personas sin discapacidad.
Esta excepción se hace con la intención de dar a conocer más este deporte que supone un ejemplo de integración ya que puede ser practicado, sin diferencia alguna, por personas con distintas discapacidades (amputados de miembros inferiores y/o superiores, personas con parálisis cerebral, personas con lesiones medulares, personas con parálisis motoras en extremidades inferiores, etc.).
De forma oficial la clasificación de jugadores y su inclusión en el voleibol paralímpico se hace según un sistema puntuación. De éste se deriva un número que cataloga un grado de discapacidad mayor o menor. En competición se admiten como máximo dos jugadores con discapacidad mínima. El resto deben tener una discapacidad mayor.
Normativa general del voleibol paralímpico
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Los equipos de voleibol sentado se componen de seis jugadores.
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La cancha en la que juega es de 10 x 6 metros (en el voleibol convencional es de 18 x 9 metros), siempre cubierta y dividida por una red de 1,15 centímetros de altura para hombres y 1,05 para mujeres (en el voleibol convencional es de 2,43 y 2,24 respectivamente).
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La red se sitúa a 0,25 metros de la línea lateral. Cada equipo debe conseguir que el balón bote dentro del campo contrario disponiendo para ello de tres toques antes de que la pelota cruce la red.
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Los partidos se juegan al mejor de cinco sets: en los cuatro primeros gana el equipo que alcance los 25 puntos (tiene que haber, como mínimo, dos de diferencia) y, si se llega al quinto, vencerá el equipo que consiga antes quince puntos (también con dos de diferencia al menos).
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Área de juego. Respecto al área de juego, el voleibol sentado incluye tanto la pista como la zona libre y debe ser rectangular y simétrica. Los entrenadores sólo pueden entrar en ella durante los tiempos muertos.
El punto comienza con el servicio y sigue hasta que se gana o pierde. Para conseguirlo es necesario que el balón bote en el suelo contrario pasando la bola por encima de la red o que el equipo contrario cometa un error o una infracción.
El jugador que realiza el saque debe situarse con las nalgas detrás de la línea de fondo del campo (no en contacto) al golpear la pelota. Hay que tener en cuenta que en el voleibol sentado la posición de los jugadores viene determinada por dónde sitúan sus nalgas, es decir, que las manos pueden estar en la zona de ataque o fuera de pista, en la zona libre, y oficialmente el jugador sigue estando dentro del terreno de juego.
Los jugadores en ningún momento pueden levantar las nalgas o estar de pie, ni siquiera cuando los delanteros hacen un bloqueo al contrario (a diferencia del voleibol convencional en el voleibol para discapacitados sí se puede bloquear durante el saque).
Respecto a los árbitros del voleibol sentado, permanecen de pie a ambos lados de la pista debido a que están por encima de la red y no necesitan una silla alta como en el voleibol convencional.
Para finalizar, y como todas las instalaciones deportivas pensadas para un deporte adaptado, las instalaciones del voleibol para discapacitados deben diseñarse y construirse de forma que sean accesibles, no discriminatorias, independientes y seguras.
Si te gustan los deportes adaptados, descubre otros muchos como el hockey y el golf adaptado y mucha más información sobre deportes paralímpicos en nuestro blog.