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Con la llegada del buen tiempo, nos apetece más salir a la calle para disfrutar del sol. Las opciones son muchas, desde ir a la playa a darnos un chapuzón a pasear por parques o jardines, pasando por las excursiones al aire libre o en la montaña.
Realizar actividades al aire libre durante la primavera y el verano es muy positivo, pues nos permite absorber vitamina D, un nutriente esencial para el desarrollo de los huesos y los músculos, y para la función cognitiva.
Por otra parte, algunas actividades como ir a la playa son muy beneficiosas para nuestro organismo y para nuestra piel: el agua del mar ayuda a cicatrizar y desinfecta pequeñas heridas, alivia tensiones musculares, mejora la circulación y, junto con la arena de la playa, ayuda a exfoliar pieles muertas.
Además, las algas del mar son muy ricas en nutrientes y minerales (vitaminas, proteínas, zinc, potasio, hierro, magnesio) que se filtran en nuestra piel y que nos ayudan a hidratarla y a activar las defensas naturales de nuestro organismo.
Sin embargo, tanto si vamos a la playa como si vamos a la montaña, o simplemente salimos a disfrutar de un picnic en nuestro jardín o en un parque urbano, cuando pasamos mucho tiempo al aire libre en verano debemos tomar algunas precauciones para protegernos del sol.
Esto es especialmente importante para las personas que van en silla de ruedas. Y es que, aunque pueda parecer obvio, conviene recordar que los miembros de este colectivo son más vulnerables a los efectos del sol y que tienen un mayor riesgo de sufrir quemaduras y lesiones cutáneas.
Consejos antes de tomar el sol en silla de ruedas
Uno de los principales elementos que debemos tener en cuenta si vamos a tomar el sol en silla de ruedas es conocer los materiales con los que está fabricada nuestra silla. Algunos de ellos pueden calentarse por una exposición prolongada y causar quemaduras o daños en la piel, tanto del usuario como de su acompañante. En algunos casos, incluso conviene proteger zonas como reposabrazos, reposapiés o respaldo.
Respecto a las partes del cuerpo más expuestas al sol, el rostro, el cuello y los brazos requieren la aplicación de un protector solar, al menos cada dos horas e independientemente de qué tipo de actividad realicemos al aire libre.
Por otra parte, las personas en silla de ruedas tienen otra zona del cuerpo especialmente sensible, sus piernas, ya que no las moverán ni notarán en ellas el calor del sol o sus efectos.
Para las personas que utilizan una silla de ruedas de manera habitual, la exposición en esta zona es más directa y progresiva, y también puede ser más peligrosa. Por eso, además de aplicar un protector solar, puede ser recomendable cubrir tus piernas si vas a pasar mucho rato al aire libre. Elige un tejido ligero y transpirable para que no aporte más calor pero sí proteja del sol.
Otros consejos para disfrutar del sol de manera segura
Intenta mantenerte hidratado
Beber dos litros de agua al día disminuye el riesgo de deshidratación y es clave para disfrutar de cualquier actividad al aire libre durante los días de sol. En esta época del año, también se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, una forma saludable de recibir un aporte "extra" de agua.
Utiliza cremas o aceites hidratantes
Las personas en silla de ruedas deben cuidar especialmente su piel y mantenerla limpia e hidratada para evitar la aparición úlceras de presión. Aun así, muchas de ellas tienen la piel reseca, siendo más vulnerable a sufrir llagas o descamaciones debido a la falta de movimiento y a no poder cambiar de postura con frecuencia.
La recomendación general es utilizar cremas hidratantes o dermoprotectoras, y aceites para mantener la piel hidratada, algo especialmente importante en verano.
Reduce el tiempo de exposición en tus actividades al aire libre
La radiación UV del sol tiene un efecto acumulativo en la piel, por eso el riesgo de lesiones y manchas es mayor con el paso de los años. En cualquier caso, si prolongamos nuestras actividades al aire libre, todos tenemos que tomar precauciones al sol para evitar este tipo de afecciones.
Para evitar los efectos de la radiación, especialmente en pieles sensibles, se aconseja no salir en las horas en las que el sol es más fuerte, evitando realizar actividades exteriores durante las horas centrales del día.
También se recomienda buscar una zona de sombra cerca del lugar donde realicemos la actividad, para que podamos resguardarnos del sol.
Utiliza ropa cómoda y otros complementos para protegerte del sol
La ropa y los complementos son muy importantes para protegernos del sol, también cuando vamos a la playa. La recomendación es utilizar gafas de sol y sombreros con visera o ala ancha para proteger cabeza y cara, usar calzado transpirable y apostar por la ropa amplia, de tejidos ligeros y colores claros para disminuir la sudoración corporal.
Usa siempre protector solar
Para disfrutar del sol en nuestra silla de ruedas durante el verano conviene usar protector solar de factor alto, que debemos aplicar, como media, cada dos horas para asegurar una mayor protección.
En zonas de montaña, también puede ser recomendable utilizar un repelente de insectos o un anti mosquitos para proteger nuestra piel.
En nuestro blog encontrarás muchos consejos para llevar una vida saludable y activa en silla de ruedas. ¡Echa un vistazo!